jueves, 23 de febrero de 2012

Topónimos, hidrónimos, onomásticos y teónimos de Callaecia


Losa dedicada a la diosa Nabia (Naba). Castro de San Cibrao de Las.

El propósito de este artículo es realizar un breve esbozo de ciertos rasgos de la gramática indoeuropea y relacionarlos con algunos de los topónimos, hidrónimos, onomásticos y teónimos presentes en la Callaecia prerromana. 

La protocultura indoeuropea

No existe ningún dato objetivo que nos permita constatar de manera fehaciente la existencia de lo que se ha dado en denominar la protocultura indoeuropea. Sólo podemos hipotetizar que en Asia Menor, en una época histórica sin precisar, existió una comunidad cuyos miembros se habrían puesto de acuerdo para consensuar una convención que les permitiera compartir tanto una rudimentaria gramática aglutinativa como una concepción abstracta de la cantidad, mediante la cual dieron nombre a los números enteros del uno al cien. A partir de esta gramática se produjeron evoluciones independientes de las que surgieron por un lado las lenguas indoeuropeas (célticas, eslavas, teutónicas, itálicas, helénicas, iranias e indias) y  por otro las semíticas (hebraico, arábigo y arameo).
   
Numeral
Hitita
Sánscrito
Persa
Griego
Latín
Gótico
Irlandés
1
as
eka
yak
oinos
unus
ains
oin
2
da
dva
do
düo
duo
twai
do
3
trias
tri
se
treis
tres
threis
tri
4
--------
catur
cahar
tessares
quattuor
fidwör
cethir
5
sipta
pañca
panj
pente
quinque
fimf
coic
6
--------
şaş
shesh
hex
sex
saihs
se
7
--------
sapta
haft
hepta
septem
sibun
secht
8
--------
aşţa
hasht
okto
octo
ahtau
ocht
9
--------
nava
noh
ennea
novem
niun
noi
10
--------
daśa
dah
deka
decem
taihun
deich
100
--------
śatam
sad
hekaton
centum
hun
cet

Todas las lenguas indoeuropeas se asemejan entre sí en aquellos conceptos que compartían cuando eran una sola. Estos vocablos básicos, primitivos y ancestrales se refieren a la naturaleza, ríos, topónimos, onomásticos y a términos relacionados con la actividad humana diaria, como la agricultura y la ganadería. Una vez que se produjeron las evoluciones que generaron el  sánscrito, el zend, el griego, el latín, el gótico, el víndico o el céltico, la primitiva gramática indoeuropea desapareció y sólo se conservó en algunos pueblos nómadas del Cáucaso, Laponia, Pirineos  y  turanios de China. 

Hace unos 5.500 años la cultura nómada yamnaya se extendió hacia el oeste desde las estepas euroasiáticas situadas al norte de los mares Negro y Caspio. Según el estudio del ADN realizado por David Reich (Facultad de Medicina de la Universidad de  Harvard) y publicado en 2019 en la revista Science, hace unos 4.500 años los yamnaya llegaron a la Península Ibérica y en tan solo cinco siglos, de 2500 a 2000 a.C, reemplazaron el 40% de la ascendencia de Iberia y casi el 100% de sus cromosomas, de modo que en este corto período de tiempo la práctica totalidad de la población masculina descendía de los invasores indoeuropeos, lo que demuestra que tuvieron un mayor éxito reproductivo a través de  muchas generaciones.

De confirmarse estos resultados, los yamnaya pudieron traer consigo las primeras lenguas indoeuropeas habladas en Iberia.


Las lenguas prerromanas de la Península Ibérica

Antonio Tovar realizó un estudio de las lenguas antiguas de la Península Ibérica y  encontró términos etruscos, tartesios, oscos, ibéricos, vénetos, ilirios, galos y celtíberos. Podemos separar esas lenguas entre las que tienen origen indoeuropeo y las que no. 

Entre las no indoeuropeas están el fenicio, el tartesio, el griego, el vasco y el ibérico. El ibérico poseía una escritura de procedencia fenicia de la que nos han llegado restos empleados en transacciones comerciales con griegos hacia mediados del siglo III a.C. Por otra parte, el vasco era la lengua de los aquitanos y se hablaba desde Garona por el N hasta el Ebro por el S, lindando por ambos extremos con lenguas célticas. Según Antonio Tovar, la lengua vasca se hablaba desde A Coruña hasta Girona.

El otro grupo de lenguas correspondían a una cultura indoeuropea arcaica y precelta, un sustrato indoeuropeo occidental indiferenciado (Tovar), cuya principal aportación es el grupo lingüístico galaico ó galaico-lusitano. Estas lenguas llegaron con los primeros indoeuropeos, en la transición entre la Edad del Bronce y la del Hierro, y todas ellas procedían de una primitiva lengua indoeuropea que se hablaba desde el Atlántico hasta Polonia y desde Italia a Noruega.

Existen abundantes muestras lingüísticas de esta temprana invasión indoeuropea que afectó a toda la Península Ibérica, excepto al SO y SE. Un ejemplo lo encontramos en el topónimo “páramo”, que es idéntico al sánscrito “parama”,  o el sufijo “mant” de “Salmantica” que aparece en ríos iranios e indios. Dentro de los hidrónimos penínsulares, un grupo muy numeroso es el que presenta el vocalismo “a”: Ala, Alia, Alava, Alma, Almos, Alna, Olna, Elna, Alana, Olona, Alnos, Alara, Alanta, Alonta, Alantia, Alentia, Almana, Almantia, Auma, Ava, Sala, Salmona, Sara, Sora, Sera, Sarios, Serma, Sermos, Sorna, Sarnos, Sarmana, Vara, Varamus. Todos estos hidrónimos ibéricos son idénticos a los que aparecen en un amplísima zona que abarca desde los países bálticos a Sicilia y desde el Atlántico a la India. 

Posteriormente, en plena Edad del Hierro y hasta la llegada de los romanos se produjeron sucesivas invasiones o pequeñas arribadas de pueblos que hablaban lenguas célticas, de las cuales la más arcaica conocida es el celtibérico. 

La aparición en el NO peninsular de elementos céticos, entre ellos la toponimia,  se produjo en un momento tardío de la Edad de Hierro. Mientras algunos historiadores y arqueólogos plantean que estos topónimos fueron introducidos de manera paulatina desde territorios celtibéricos en una época anterior a la conquista (Francisco Javier González García), otros afirman que surgieron principalmente con la llegada de los romanos y sus tropas auxiliares mercenarias en época de Augusto (Francisco Calo Lourido, Jesús Jordá Pardo y Francisco Jordá Cerdá). Así, la terminación "briga" se aplicó durante la conquista a las nuevas entidades de población organizadas por los romanos (Domingo Plácido Suárez).

Estela Funeraria de Muiño de San Pedro
(O Rosal. Oímbra. Ourense) Siglo I d.C

Latronus Celtiati F(ilius). H(ic) S(itus) E(st). 
"Aquí yace Ladrón, hijo de Celtiato".

El grupo lingüístico galaico

El grupo indoeuropeo galaico-lusitano es de origen precéltico y presenta claras innovaciones, como la de contar con cinco timbres vocálicos (Moralejo). Una de sus principales características es que conserva el fonema indoeuropeo labial sordo [P], lo que lo distingue del céltico común (celtibérico, galo, gaélico, escocés o bretón) en el que este fonema ha sido eliminado.

En las lenguas indoeuropeas prelatinas aparece frecuentemente el fonema velar sordo [k] en posición inicial, así como la repetición del fonema líquido [l] intervocálico. En estas lenguas indoeuropeas también encontramos constantemente el sufijo –aik (ía), -aik-o- (en su traducción griega) o aecaic-o- (en su traducción latina), que aparece frecuentemente en las denominaciones que helenos y romanos daban al NO de la Península Ibérica (Kallaikía, Kallaikós, Callaecia, Callaicus..). Por lo que se refiere a los numerales indoeuropeos, en Galicia se ha hallado en una lápida el numeral correspondiente al 6, “Sesm”, y el del 5, “Penke”, aparece en el topónimo “Pinza” (Sarria).

Inscripción "Caelicus". Museu Diogo de Sousa. Braga.

De acuerdo con lo planteado por Carlos Búa, el nombre de Callaecia procede del indoeuropeo  kal-n-e (montaña)  y por lo tanto los Callaici eran “los montañeses” y Callaecia  “la tierra montañosa”. Esta interpretación explica a la perfección el nombre que reciben tres sierras del SO de Galicia que se alinean en dirección N-S: Serra do Galleiro (Pazos de Borbén, Mos y Ponteareas), Serra do Galiñeiro (Gondomar) y Serra do Argallo (Baixo Miño). Como vemos en las tres aparece la raíz “gal” que identifica el carácter montañoso de estas zonas. 

En los prelatinismos galaicos hay influencias preindoeuropeas e indoeuropeas. Mientras que los términos latinos se imponen en los nombres relativos a la agricultura y la ganadería, los vocablos indígenas prelatinos perviven en los que se relacionan con las especies vegetales no cultivadas (amieiro, bidueiro, carballo, carrasca, caxigo, toxo), en los nombres de algunos tipos de terreno (balsa, barcia, braña, breña, bouza, cádavo, coto, croio, gándara, laxe, leira, pena, veiga) y en otros muchos vocablos (banzo, beizo, berce, braga, boa, bugallo, busto, cantiga, combarro, lousa, reo, rodaballo, seara, senra, tranca, varanda, verea) (Moralejo).

Topónimos, hidrónimos, onomásticos y teónimos de Callaecia

Los hidrónimos europeos antiguos corresponden a elementos indoeuropeos occidentales, si bien es importante señalar que al igual que apreciamos la presencia de hidrónimos indoeuropeos, a su vez vocablos indígenas occidentales se incorporaban como apelativos en los dialectos indoeuropeos produciéndose un intercambio lingüístico en ambas direcciones.

En la tierra de los mil ríos que es Galicia, existen multitud de hidrónimos prerromanos, entre los que podemos citar Arnoia, Avia, Deva, Eo, Eume, Lérez, Limia, Mandeo, Mao, Mero, Miño, Miñor, Navia, Sar, Sil, Tambre, Tea, Ulla

En Callaecia y Lusitania encontramos también gran cantidad de antropónimos indoeuropeos (Alluquius, Ambatus, Arrenus, Balaesus, Bedanus, Boutius, Camalus, Cloutius, Clutamus, Dovitena, Magilo, Magana, Reburina, Tritius

Dintel hallado en la Citania de Briterios con la inscripción "Coroneri Camali domus"

Entre los teónimos prerromanos podemos citar Bandue, Cossue, Nabiae, Munidi, Reve, Tongoe.

Losa dedicada a la diosa Nabia.
Castro de San Cibrao de Las.


Para finalizar estos breves apuntes, a continuación detallo algunas raíces indoeuropeas presentes en Callaecia y en otros lugares de la Península:

Aid-
Arder, quemar.
Indoeuropeo.
Teónimo: Edovio (Caldas de Reis)

Antia
Indoeuropeo.
Topónimo: Anzo, Aranzo, Arganza, Lancia (Isla de San Martín. Cíes. Vigo).

Arna
Río, arroyo.
Indoeuropeo.
Hidrónimo: Arnoia.

Aur
Brillante.
Indoeuropeo.
Topónimo: Auriense (Ourense). Presente en vocablos como oriente, aurora o argénteo.

Austra
Luminoso, claro,aurora, matinal.
Germánico.
Topónimo: Astromil, Estromil, Estromonde.

Band-; Bandi-; Bandu-; Bhend-
Ligar, atar.
Indoeuropeo.
Teónimo: Bande.

Barg-; Be-; Ve-; Bra-; Bre-; Brega-; Bria-; Brig-; Briga-; Bris-; Brix-
Altura fortificada.
Indoeuropeo-Céltico.
Hidrónimo: Pambre, Parga.
Topónimo: Alcabre, Barbantes, Bárcena, Barcia, Bargas, Brigantium, Cambre, Castrove, Coimbra, Grove, Lestrove, Montrove, Oimbra, Sanabria.

Barr-
Cerca que protege el ganado.
Indoeuropeo.
Topónimo: Barro.

Bh-; Bher-; Bhor-
Hervir, agua hirviente.
Indoeuropeo.
Teónimo: Bormanico (Caldas de Vizela).
Hidrónimo: Bermaña (Caldas de Reis), Borma, Porma.
Topónimo: Bierzo, Bornais, Borneiro.

Bopala
Indoeuropeo.
Védico: Vispala
Teónimo: Trebopala (Inscripción hallada en Cabeço das Fraguas).

Camb-
Indoeuropeo.
Hidrónimo: Camba.
Topónimo: Cambados, Cambeses.

Ghe/or-
Calor, calentar.
Céltico.
Topónimo: Borno, Morno, Furna.

Ghósthah-
Lugar para vacas.
Indoeuropeo.
Topónimo: Bostar, Bustamante, Bustelo, Bustia, Bustillo, Busto.

Kal-n-e
Montaña.
Indoeuropeo.
Topónimo: Argallo, Cale, Caledonia, Callaecia, Galiñeiro, Galleiro.

Krouke
Piedra.
Indoeuropeo.
Topónimo: Croio.

Mei-; Min-yo; Mnio
Hidrónimo primario para designar un curso o corriente de agua.
Indoeuropeo.
Hidrónimo: Miño, Miñóns, Miñor.

Mend-; Mond-
Amamantar
Céltico.

Mund-
Mano, protección.
Gótico.
Hidrónimo: Mandeo.
Topónimo: Baamonde, Mandás, Mandrás, Mondariz, Mondelo, Mundín, Razamonde, Ximonde.

Palam-
Estela funeraria, cueva para el ganado.
Indoeuropeo-Céltico.
Topónimo: Palas, Palantia (Palencia).

Parama
Sánscrito.
Topónimo: Páramo.

Pisoraca
Indoeuropeo.
Hidrónimo: Pisuerga.

Pl-e-t-isam
Muy ancha, abierta.
Indoeuropeo.
Topónimo: Ledesma.

Sal
Indoeuropeo.
Hidrónimo: Sa, Sáa, Salas, Salime.

Samo/a; Up-s-ma
(superlativo). Muy elevada.
Céltico.
Topónimo: Uxama (Osma, Soria).

Seg-
Fuerza, poder, victoria.
Céltico.
Topónimo: Segobriga, Segontia.

Seik-
Fluir, gotear.
Indoeuropeo.
Topónimo: Sicas (Cíes).

Ser-; Ar-
Fluir, correr.
Indoeuropeo.
Hidrónimo: Aranzo, Arnego, Berganza, Ézaro, Lóuzara, Sar, Sarela, Tamaris (Tambre).

Tam-
Agua.
Indoeuropeo.
Hidrónimo: Tamaris (Tambre), Támesis.

Touta-
Pueblo, comunidad, nación.
Indoeuropeo.
Topónimo: Touda (inscripción galaica de Mosteiro da Ribeira. Xinzo de Limia).

Ug-; Ume-
Bañar, húmedo.
Indoeuropeo.
Hidrónimo: Homem, MaoUmia.

Bibliografía:

Juan José Moralejo. Callaica nomina: estudios de onomástica gallega. 2008

Carlos Búa Carballo. Toponimia prelatina de Galicia. 

Carlos Búa Carballo. Dialectos indoeuropeos na franxa occidental hispánica.

Antonio Tovar. Manual de linguística indoeuropea. 

José María Vallejo Ruiz. Viejas y nuevas cuestiones de lengua en el occidente penínsular: el lusitano y la onomástica.

José María Vallejo Ruiz. Los celtas y la onomástica: el caso hispano.

Francisco Javier González García. Los célticos de Gallaecia: apuntes sobre etnicidad y territorialidad en la Edad de Hierro del noroeste de la Península Ibérica.


Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.


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